domingo, 6 de junio de 2010

MARCHA CICLORUISTA IÑIGO CUESTA: ¡QUE GOZADA!

    
































     Este sabado hemos estado presentes en la marcha a la que da nombre este caballero de la bicicleta, el Señor Iñigo Cuesta. En esta ocasion "solo" fuimos cinco integrantes del club: Eneko (que iba con la peña de su pueblo) Avelino, Carlos, Alberto y yo. Y la verdad es que no nos arrepentimos del madrugon en absoluto, todo lo contrario. Para mi fue uno de los dias mas divertidos sobre una bicicleta en toda mi vida.
     Las imagenes del perfil y del recorrido hablan por si solas: 152km, 5 puertos (pese a que en el itinerario uno no fuera "puntuable"), y 2600 metros de ascension total. Casi nada:



      Mencion especial merecen los puertos de el Campillo con 10km y 5,5%, y sobretodo el ultimo, el alto de Lunada, con sus 14 km a una media del 6% y sin un solo descanso, el postre perfecto para el cuerpo despues de mas de 100 km de etapa rompepiernas a mas de 30º de temperatura. Nos ha parecido particularmente dura la marcha, incluso mas que la de Lagos, y todo pese a que acordamos al principio una, a la postre, brillante decision: ir los cuatro juntos todo el camino.

Sonriendo ante la camara, pero la procesion va por dentro

No nos podemos quejar carlos y yo, esta vez hemos chupado camara por un tubo

Nuestro "fotografo" mostrando gran habilidad con la camara.

Tipica estampa de Alberto este año: con la bomba en la mano reparando un pinchazo

     La verdad es que el ir juntos nos deparo grandes momentos de risa y camaraderia, que hacia tiempo que no disfrutabamos tan a gusto. creo que ya ha quedado bastante claro, ¡pero que bien lo hemos pasado!. En cuanto a la belleza del recorrido, podriamos calificarla de indescriptible, las fotos no hacen justicia, hay que verlo en directo para apreciarlo de verdad, aunque el puerto de Lunada merece capitulo aparte:







Aqui en la llegada con nuestro socio Eneko, que asistio con su peña del Pais Vasco.

Perfil de Lunada, para que veais que no es moco de pavo.

     Terminada la ultima ascension "solo" quedaban 40km de bajada, pero que se nos hicieron eternos. Asi, entre calambre y calambre pudimos llegar a la meta con un gran sentimiento de realizacion personal. ya en el coche camino a casa, nos planteabamos futuros retos a conquistar, y si lo pasamos la mitad de bien que esta vez, yo me apunto a la guerra si hace falta.