Hoy por fin nos volvemos a reunir el grueso del club para una nueva salida dominical despues de haber pasado dos domingos con mucho frío, lluvia o niebla donde solo algunos desventurados nos atrevimos a rodar.
En el Melgar eramos los 11 siguientes: Avelino, Manolo, Jorge, Alberto, Jandro, Fermin, Carlos, Manuel, Javi, Alex y el cronista.
El dia amanece soleado por completo pero con fuerte helada nocturna. Con la esperanza de mejora de temperatura nos ponemos en marcha hacia La Bañeza.
Los primeros kilometros son serenos, silencio en el peloton que rueda en parejas muy bien coordinados y compactados como queriendo tener un minimo de calor entre dos juntos.
Manuel es el unico que se descuelga un poco pues todavia tiene temores de ir a rueda, cosas de primerizo ya sabeis, ademas de estrenar y temer por su nueva bicicleta Giant de fibra de carbono.
En cabeza marcha Avelino y Fermin. Casi llegando a la ciudad pinchazo de Javi. No pasa nada, reparacion expres y en marcha. Me coloco en cabeza junto a Fermin.
Giramos a derechas camino del alto del Pinar, nuestro objetivo de hoy.
Cogemos la carretera LE-125. Para el que no la conozca es una carretera en muy buen estado, con buen arcen y que atraviesa por la localidad de Herreros de Jamuz. El unico peligro es el poco trafico que transita, sobre todo motoristas a altas velocidades que prueban sus maquinas de 200 caballos.
Al poco de salir de La Bañeza Fermin acelera el ritmo y yo cedo en cabeza en seguida. Carlos me sustituye y vamos otra vez todos en peloton.
La temperatura sube por fin llegando sobre los 9 grados. El viento viene un poco de costado derecho. El sol está a nuestra izquierda brillando con fuerza en esta mañana de atmosfera limpia. Se reflejan los cromados de nuestras monturas con fuerza y brillan nuestras bicis en este dia de luz para todos.
Finaliza la larga recta y comienza el pequeño puerto. Me decido por un ataque rapido para empezar a animar el dia. Responde Fermin con cierta dilacion, pero me da caza y me supera con facilidad, el pollo es suyo.
Llegamos todos arriba y esta vez sí paramos, comemos y evacuamos con tiempo para todos.
El primero en salir soy yo, y nadie me sigue, así que decido probar ir en solitario un rato y ver como responde el grupo. En principio me dejan cierta libertad, se mantienen a un kilómetro de mí pero no me dan caza.
Llegamos a Quintanilla Florez y los tengo muy cerca pero no me alcanzan, subo con rapidez los repechos y no los veo, algo les pasa (luego me entero de que hubo salida de cadena).
Decido continuar la escapada, es el Jinete que se aleja y se pierde en el horizonte.
Es el espíritu de la escapada del ciclista, todos lo hemos sentido alguna vez. Sabemos que es ilusoria que nos darán alcance pero aún así se repite, es una reminiscencia del pasado de Jinete que todo ciclista lleva dentro, como Atila, Gengis-khan o el Tamerlón.
Los kilómetros van pasando y llego a Destriana, un carro me obliga a decelerar, paso el pueblo y llego al buen grip, casi no los veo, ahora creo que tengo posibilidades. En la subida no me van a coger porque los relevos sirven de poco subiendo.
Y así es, subo en solitario y corono, el pollo de Destriana es para mí, Fermín venía cerca pero no le dio tiempo. Después Carlos y Alex muy cerca.
Llegan el resto de compañeros y bajamos raudos camino de Morales. Algunos acelerones en la bajada pero todos juntos.
Un último pollo es para Avelino.
Reagrupamos y llegamos a Astorga. Todavía hay ganas de unos kilómetros más y la mayoría se anima a llegar a Sopeña y rodear por San Román y San Justo completando casi 90 kilómetros.
Llegamos de nuevo a Astorga y a casa a descansar y a seguir disfrutando de este día soleado de invierno maragato.
Hasta aquí la crónica de hoy amigos.
Saludos y hasta la próxima.
Datos: 75km 30,5 km/h