Crónica de la excursión de 2014, días 31 Mayo y 1 Junio, CDC Astorga.
Desde luego Jandro se había quedado corto en su presentación. Hemos vivido un espectáculo inolvidable en todos los aspectos. La excursión del Club se consolida como una experiencia única para crear vínculos entre personas que comparten una misma afición; la convivencia, las anécdotas y la amistad que se está forjando será sin duda para mucho tiempo. Permitidme insistir en que, si podéis, no os la perdáis. Vas a conocer el auténtico cicloturismo. Allí no se compite, se ayuda, se comparte, se sufre y por encima de todo se disfruta.
Salimos el viernes para hacer noche en Potes. Jandro, Alberto y Miguel un poco antes en coche y Alex, Manolo, el otro chófer, también llamado Miguel, en la furgoneta de Telenauto. Recogemos en León a Elías y Carlos (un amigo de Alex invitado para la ocasión). Los últimos salimos de Astorga sobre las 20:15 y tras comer un bocata en Cistierna se nos echó la noche encima pasando Riaño. La bajada de San Glorio hacia Potes con niebla fue algo tensa, la verdad, pero la pericia del conductor está fuera de toda duda. Hasta nos encontramos un gran rebeco en medio de la carretera. Cuando llegamos ya no quedaba tiempo nada más que para dormir. Lo poco que pudimos ver de Potes nos dejó muy buena impresión, así como el Hotel que era estupendo.
A las 7:30 el suculento desayuno. Bien sabido es por todos que en estas excursiones no se pasa hambre. Ya nos dieron las 8:35 cuando comenzamos a pedalear, mañana algo nublada y fresca pero soportable, buena para subir San Glorio, no me imagino en verano a las 12 de la mañana. El paisaje era muy agradable y en el campo se respiraba olor a verde. Manolo y yo a nuestro aire, se formaron tres grupos, cada uno de ellos con su ritmo y la subida fue muy llevadera. ¡Había que guardar fuerzas para el resto del día! no era conveniente desfondarse nada más salir. Cierto es que yo iba con miedo, pues el miércoles Manolo me advertía que era un puerto muy parecido al Portalet “sólo el nombre ya asusta., Con 26 Km de subida, después de coronarlo respiré y pensé que lo peor estaba pasado, lo que me dio ánimos para continuar.
Cogimos buen ritmo en la bajada hacia Boca de Huérgano, pero con precaución, lo que menos queremos es sufrir algún percance. El paisaje lo veréis en las fotos, pero ya sabéis, montaña Leonesa y Cántabra, una gozada. A Robben no lo vimos, está desaparecido desde que perdió con el Madrid. Bromas aparte, empezamos a rodar hacia Velilla del Río Carrión, de allí a Guardo, dirección Cervera de Pisuerga. Aquí aparcamos en un pequeño parque y sacamos la intendencia, que rico todo ¡Benito, el jamón que ganó Alex en Foncebadón buenisimo! Con la panza llena, de viaje de nuevo, había que subir Piedrasluengas. Aparecería la lluvia, aunque con poca entidad. El aire también se presentó al evento, pero con tranquilidad y algo de sufrimiento, todo se supera. Ésta no era la subida más dura, pero los kilómetros se iban acumulando en nuestra contra. Aún así, llegaría la recompensa, ¡qué bajada!, ¡qué vistas!, ¡qué paisaje!, ¡qué entorno!, ¡qué todo!, si no lo veo, no lo creo. Si el año pasado me sorprendió el desfiladero de Los Beyos, este año lo hizo esta bajada. Eso sí, lo tenéis que ver vosotros mismos, por mucho que lo intente, no voy a ser capaz de explicarlo. Ya sólo faltaba subir el Collado de Carmona y descender hacia el Valle de Cabuérniga, final de esta primera etapa. Bajando Piedrasluengas nos saltamos el desvío, poco señalizado y casi aparecemos en Potes de nuevo, pero llevando a Jandro, esto iba a ser casi imposible. Ahí la furgo tuvo que meter la quinta para llamar a los que nos habíamos pasado. Como regalo, desandar unos 2 o 3 kilómetros de bajada, osea subirlos de nuevo.
Pero no hay mal que cien años dure y el hotelazo con Spa nos estaba aguardando. Llegamos sobre las ocho poco más o menos y a las nueve nos reservaron el Spa. ¡Qué chulo y qué bien nos vino! para otro año no se cómo va a poder Jandro superarlo. Decidimos cenar en el hotel, pues la población tenía poco que ofrecer; además acertamos, estaba todo muy rico y alguno incluso se atrevió con el Cocido Montañés.
A la mañana siguiente el desayuno a las 7:30, todo un buffet de lujo. Estábamos terminando cuando apareció Eneko, que se había hecho 200 Km en coche para disfrutar de la etapa de la mañana con nosotros. Eso sí es afición. Nada tengo que decir de él a quien lo conozca un poco. A ver si el año que viene puede estar todo el fin de semana con nosotros. Todos listos para subir Palombera. ¿Y ahora qué os digo yo de éste? 23 Km de naturaleza en su máximo esplendor. No exagero. Un puerto en una reserva natural, zigzagueante entre las hayas de alturas infinitas, agua corriendo en cada sendero, puentes de piedra cada dos por tres, imposible no disfrutarlo, lástima que llegando arriba no hubiera estado más despejado el día, pero aún así fantástico. ¡Hala chicos!, lo siguiente Alto Campoo. Pasaba la mañana y llegamos a la rotonda que anunciaba el Alto Campo este puerto largo y tendido no tiene la belleza de los anteriores, pero no pudimos elegir mejor época para conocerlo. Es muy abierto, aunque al estar lleno de verdes prados con multitud de animales pastando... ¡qué queréis!, a mí me gustó. ¿Y qué es lo que no me ha gustado de este viaje? Absolutamente nada. Ahora que lo pienso, en Alto Campoo todavía quedaba Fuente del Chivo para los más preparados. 5 km de los que 3 son realmente duros. Sorpresa, metro y medio de nieve en las cunetas y una niebla que impedía ver a más de un metro. Tanto es así, que no fuimos capaces de llegar arriba con la furgoneta, pero Alex, Carlos, Jandro, Elías y Eneko hicieron otra muesca en el sillín.
Bajada y ¡hala que ya nos queda poco!, sólo faltaban unos 30 kilómetros, aquí Eneko tiene que volver a casa, cogerá camino a Palombera y según nos contó luego, la bajada fue espectacular. En fin seguimos, otro puertito que no venía clasificado como tal pero que se hizo, al menos a mí, durillo de pelar. Allí ayudamos a un compañero de la zona que había pinchado y no le quedaban cámaras que poner. Iba caminando el hombre y decía que ya estaba cerca de su coche. Lo acercamos en la furgo y no estaba a menos de 4 km en plena subida. No tiene importancia, pero lo cuento para que la gente sepa y se conciencie que esto es algo más que un deporte, y para que cuando nos pase a alguno de nosotros, haya alguien dispuesto a echar una mano. Algo más adelante estaría el final de este mini puerto que nos enfilaba hacia nuestro destino. ¡Qué descenso!, podían más las ganas que la piernas. El viento se puso en contra como queriendo alargar nuestro viaje, pero no pudo con Jandro que tomó las riendas y nos llevó 14 Km de llano como cohetes. Creo que era algo menos de las tres cuando cruzamos el letrero de Aguilar de Campoó. En la plaza, el emocionante encuentro con nuestras familias a las que siempre estamos agradecidos por animarnos y sobre todo por aguantarnos, gracias de veras.
El año que viene más y mejor, aunque esto será todo un reto para Jandro. Aprovecho para animaros a que participéis y deis alguna idea que siempre es bienvenida. Y por último, no quisiera dejar pasar el momento para hacer varios agradecimientos. En primer lugar a Telenauto por su total disponibilidad para facilitarnos un medio de transporte tan práctico y necesario como la furgoneta que nos sirve de apoyo logístico y que sin él todo esto resultaría mucho más complicado de llevar a cabo, o al menos no lo podríamos hacer con la misma comodidad. A nuestro otro patrocinador Ciberastor, por regalarnos el cartel de la excursión de esta edición y que nos ha servido para posar en muchas de las fotos que hicimos y así no olvidarnos nunca de la fecha y el lugar en el que estuvimos, por muchos años que pasen. A los dos amigos que nos acompañaron durante todo el fin de semana prestándonos apoyo técnico y estando pendientes en todo momento de que no nos faltase nada para que sólo tuviésemos que preocuparnos de pedalear y disfrutar del recorrido. Y por último, agradecer a todos los socios que han participado en la excursión. De poco sirve que organicemos una salida de estas características si al final no se apunta nadie. Gracias de verdad a todos por vuestra disposición, sin todos vosotros esto no sería lo mismo, ni podría llevarse a cabo.
Salimos el viernes para hacer noche en Potes. Jandro, Alberto y Miguel un poco antes en coche y Alex, Manolo, el otro chófer, también llamado Miguel, en la furgoneta de Telenauto. Recogemos en León a Elías y Carlos (un amigo de Alex invitado para la ocasión). Los últimos salimos de Astorga sobre las 20:15 y tras comer un bocata en Cistierna se nos echó la noche encima pasando Riaño. La bajada de San Glorio hacia Potes con niebla fue algo tensa, la verdad, pero la pericia del conductor está fuera de toda duda. Hasta nos encontramos un gran rebeco en medio de la carretera. Cuando llegamos ya no quedaba tiempo nada más que para dormir. Lo poco que pudimos ver de Potes nos dejó muy buena impresión, así como el Hotel que era estupendo.
A las 7:30 el suculento desayuno. Bien sabido es por todos que en estas excursiones no se pasa hambre. Ya nos dieron las 8:35 cuando comenzamos a pedalear, mañana algo nublada y fresca pero soportable, buena para subir San Glorio, no me imagino en verano a las 12 de la mañana. El paisaje era muy agradable y en el campo se respiraba olor a verde. Manolo y yo a nuestro aire, se formaron tres grupos, cada uno de ellos con su ritmo y la subida fue muy llevadera. ¡Había que guardar fuerzas para el resto del día! no era conveniente desfondarse nada más salir. Cierto es que yo iba con miedo, pues el miércoles Manolo me advertía que era un puerto muy parecido al Portalet “sólo el nombre ya asusta., Con 26 Km de subida, después de coronarlo respiré y pensé que lo peor estaba pasado, lo que me dio ánimos para continuar.
Cogimos buen ritmo en la bajada hacia Boca de Huérgano, pero con precaución, lo que menos queremos es sufrir algún percance. El paisaje lo veréis en las fotos, pero ya sabéis, montaña Leonesa y Cántabra, una gozada. A Robben no lo vimos, está desaparecido desde que perdió con el Madrid. Bromas aparte, empezamos a rodar hacia Velilla del Río Carrión, de allí a Guardo, dirección Cervera de Pisuerga. Aquí aparcamos en un pequeño parque y sacamos la intendencia, que rico todo ¡Benito, el jamón que ganó Alex en Foncebadón buenisimo! Con la panza llena, de viaje de nuevo, había que subir Piedrasluengas. Aparecería la lluvia, aunque con poca entidad. El aire también se presentó al evento, pero con tranquilidad y algo de sufrimiento, todo se supera. Ésta no era la subida más dura, pero los kilómetros se iban acumulando en nuestra contra. Aún así, llegaría la recompensa, ¡qué bajada!, ¡qué vistas!, ¡qué paisaje!, ¡qué entorno!, ¡qué todo!, si no lo veo, no lo creo. Si el año pasado me sorprendió el desfiladero de Los Beyos, este año lo hizo esta bajada. Eso sí, lo tenéis que ver vosotros mismos, por mucho que lo intente, no voy a ser capaz de explicarlo. Ya sólo faltaba subir el Collado de Carmona y descender hacia el Valle de Cabuérniga, final de esta primera etapa. Bajando Piedrasluengas nos saltamos el desvío, poco señalizado y casi aparecemos en Potes de nuevo, pero llevando a Jandro, esto iba a ser casi imposible. Ahí la furgo tuvo que meter la quinta para llamar a los que nos habíamos pasado. Como regalo, desandar unos 2 o 3 kilómetros de bajada, osea subirlos de nuevo.
Pero no hay mal que cien años dure y el hotelazo con Spa nos estaba aguardando. Llegamos sobre las ocho poco más o menos y a las nueve nos reservaron el Spa. ¡Qué chulo y qué bien nos vino! para otro año no se cómo va a poder Jandro superarlo. Decidimos cenar en el hotel, pues la población tenía poco que ofrecer; además acertamos, estaba todo muy rico y alguno incluso se atrevió con el Cocido Montañés.
A la mañana siguiente el desayuno a las 7:30, todo un buffet de lujo. Estábamos terminando cuando apareció Eneko, que se había hecho 200 Km en coche para disfrutar de la etapa de la mañana con nosotros. Eso sí es afición. Nada tengo que decir de él a quien lo conozca un poco. A ver si el año que viene puede estar todo el fin de semana con nosotros. Todos listos para subir Palombera. ¿Y ahora qué os digo yo de éste? 23 Km de naturaleza en su máximo esplendor. No exagero. Un puerto en una reserva natural, zigzagueante entre las hayas de alturas infinitas, agua corriendo en cada sendero, puentes de piedra cada dos por tres, imposible no disfrutarlo, lástima que llegando arriba no hubiera estado más despejado el día, pero aún así fantástico. ¡Hala chicos!, lo siguiente Alto Campoo. Pasaba la mañana y llegamos a la rotonda que anunciaba el Alto Campo este puerto largo y tendido no tiene la belleza de los anteriores, pero no pudimos elegir mejor época para conocerlo. Es muy abierto, aunque al estar lleno de verdes prados con multitud de animales pastando... ¡qué queréis!, a mí me gustó. ¿Y qué es lo que no me ha gustado de este viaje? Absolutamente nada. Ahora que lo pienso, en Alto Campoo todavía quedaba Fuente del Chivo para los más preparados. 5 km de los que 3 son realmente duros. Sorpresa, metro y medio de nieve en las cunetas y una niebla que impedía ver a más de un metro. Tanto es así, que no fuimos capaces de llegar arriba con la furgoneta, pero Alex, Carlos, Jandro, Elías y Eneko hicieron otra muesca en el sillín.
Bajada y ¡hala que ya nos queda poco!, sólo faltaban unos 30 kilómetros, aquí Eneko tiene que volver a casa, cogerá camino a Palombera y según nos contó luego, la bajada fue espectacular. En fin seguimos, otro puertito que no venía clasificado como tal pero que se hizo, al menos a mí, durillo de pelar. Allí ayudamos a un compañero de la zona que había pinchado y no le quedaban cámaras que poner. Iba caminando el hombre y decía que ya estaba cerca de su coche. Lo acercamos en la furgo y no estaba a menos de 4 km en plena subida. No tiene importancia, pero lo cuento para que la gente sepa y se conciencie que esto es algo más que un deporte, y para que cuando nos pase a alguno de nosotros, haya alguien dispuesto a echar una mano. Algo más adelante estaría el final de este mini puerto que nos enfilaba hacia nuestro destino. ¡Qué descenso!, podían más las ganas que la piernas. El viento se puso en contra como queriendo alargar nuestro viaje, pero no pudo con Jandro que tomó las riendas y nos llevó 14 Km de llano como cohetes. Creo que era algo menos de las tres cuando cruzamos el letrero de Aguilar de Campoó. En la plaza, el emocionante encuentro con nuestras familias a las que siempre estamos agradecidos por animarnos y sobre todo por aguantarnos, gracias de veras.
El año que viene más y mejor, aunque esto será todo un reto para Jandro. Aprovecho para animaros a que participéis y deis alguna idea que siempre es bienvenida. Y por último, no quisiera dejar pasar el momento para hacer varios agradecimientos. En primer lugar a Telenauto por su total disponibilidad para facilitarnos un medio de transporte tan práctico y necesario como la furgoneta que nos sirve de apoyo logístico y que sin él todo esto resultaría mucho más complicado de llevar a cabo, o al menos no lo podríamos hacer con la misma comodidad. A nuestro otro patrocinador Ciberastor, por regalarnos el cartel de la excursión de esta edición y que nos ha servido para posar en muchas de las fotos que hicimos y así no olvidarnos nunca de la fecha y el lugar en el que estuvimos, por muchos años que pasen. A los dos amigos que nos acompañaron durante todo el fin de semana prestándonos apoyo técnico y estando pendientes en todo momento de que no nos faltase nada para que sólo tuviésemos que preocuparnos de pedalear y disfrutar del recorrido. Y por último, agradecer a todos los socios que han participado en la excursión. De poco sirve que organicemos una salida de estas características si al final no se apunta nadie. Gracias de verdad a todos por vuestra disposición, sin todos vosotros esto no sería lo mismo, ni podría llevarse a cabo.
Para ver todas las fotos que hemos hecho de esta excursión pinchar aquí.