Estupenda mañana la que disfrutamos este último domingo. Temperatura agradable, primer recorrido del año que pasaba de los 100 kilómetros y un ambiente inmejorable para rodar. Si hubo que poner algún pero, fue el molesto viento que sopló en algunos tramos del recorrido, aunque después de tantos días soportando el viento, casi ya deja de ser noticia.
Con adelanto de media hora en el horario de salida, nos juntamos en la plaza cinco amigos: Juan, Alberto, Manolo, Agapito y Jandro. Tras el preceptivo tiempo de espera, nos dirigimos hacia la Cepeda buscando el alto de San Feliz de las Lavanderas, lugar en el que Manolo decidió acortar el recorrido y regresar a casa a su ritmo; momento en el que Avelino le cogió el relevo y se sumó al grupo, ya que había salido un poco más tarde y venía por detrás buscando darnos caza para sumarse a la grupeta, por lo que aminoramos un poco la marcha con el fin de esperarle y realizar juntos el resto del recorrido.
Garandilla y de allí a Rioseco de Tapia y Carrizo. Decir que en este tramo encontramos a numerosos grupos de ciclistas, lo que es indicativo de que ya vamos acercándonos a la primavera. En Cimanes del Tejar aprovechamos para reponer agua en su magnífica fuente. Tras las oportunas fotos y un rato de charla, retomamos el camino en dirección a Benavides, y de allí a Antoñán y Cogorderos, punto éste desde el que regresamos tranquilamente a casa y disfrutando de los últimos kilómetros de una mañana que nos dejó en torno a los 108 kilómetros en las piernas y una grata sensación de disfrute encima de la bici.
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